La crisis reciente, la crisis anterior y las nuevas generaciones con sus prioridades, expectativas y deseos están configurando con pequeñas pinceladas a veces y en ocasiones con grandes trazados, las características de un mundo nuevo, que por otro lado es ya imposible concebir como un espacio que pueda aislarse de un constante cambio y adaptación.
Las carreras profesionales de nuestros padres y de nuestros abuelos eran concebidas en la gran mayoría de los casos como espacios que se desarrollaban dentro del mismo proyecto empresarial, normalmente desempeñando funciones semejantes durante los distintos estadios de la misma y en gran cantidad de ocasiones sin movilidad internacional. Esa realidad era la socialmente aceptada y era la esperable por parte del colectivo de profesionales que desempeñaba trabajos por cuenta ajena.
El mundo ha cambiado en los últimos 20-30 años y con mucha más claridad en los últimos 5; igualmente los cambios que se van a seguir sucediendo los siguientes años seguirán reconfigurando estos escenarios. Conceptos como “jubilarme en la empresa”; “no busco otras oportunidades fuera”; “no pienso cambiar de lugar de residencia” son cada vez menos habituales, empezando a ser habituales las que contradicen a las mencionadas.
Las organizaciones se encuentran ahora con retos mucho mayores en la vinculación de sus profesionales y en la gestión de sus carreras profesionales, por diferentes motivos:
El concepto de retención está por tanto definido y parametrizado dentro de un conjunto creciente de variables que han de ser adecuadamente formalizadas dentro de políticas que aspiren a dar cabida a diferentes mentalidades, culturas, estilos y edades.
Dentro de toda esta ecuación, no sólo es imprescindible que la gestión de las carreras profesionales dentro de las organizaciones se encuentre conformada y diseñada con rigor y profesionalidad, sino que es muy importante que sea comunicada, compartida y abarque muy diferentes aspectos dado el claro impacto que sobre el compromiso dentro de las organizaciones tiene esta variable.
Cada vez más los profesionales se guían en sus decisiones de continuidad o de salto a otro proyecto por la forma en la que “mi” compañía o el proyecto que estoy analizando pueda exponerme con argumentos sólidos, creíbles y relevantes para mí, mi situación y mis inquietudes personales y profesionales qué puedo esperar, ante desempeños adecuados, de mis próximos 5 años de carrera profesional.
En esta lucha, ¿quién puede tener más opciones de ganar la batalla?: aquéllas empresas con la capacidad de instrumentar y comunicar de forma convincente un proyecto profesional a sus empleados y directivos, en el que cada uno de ellos pueda sentirse como elemento relevante del futuro de la compañía en la ejecución de su estrategia, y hacer de ese proyecto un horizonte personal con el que poder comprometerse.